La visita de la administración de Joe Biden, a miembros del gobierno de Nicolás Maduro en Caracas, Venezuela, ha sorprendido tanto a los estadounidenses como a extranjeros.
En un momento en el que Occidente se ha volcado a apoyar a Ucrania y trata de asfixiar a Rusia en el plano económico, hace que la visita oficial a uno de los socios de Vladimir Putin sea una auténtica incógnita.
El objetivo de esta reunión secreta con Joe Biden ha sido, principalmente, el de levantar las sanciones a la exportación de crudo venezolano impuestas por Washington en 2019, momento en el que Maduro fue elegido presidente por segunda vez. Durante el mandato del expresidente Donald Trump se impusieron duras sanciones a las exportaciones de petróleo venezolano y a altos funcionarios de este país, y se reconoció a Juan Guaidó como legítimo presidente.
Por otra parte, Biden ha ordenado prohibir las importaciones de gas y petróleo ruso, siendo esta una de las causas aparentes que ha llevado a Washington a negociar con Caracas.
En una rueda de prensa mantenida este lunes en la Casa Blanca, su portavoz Jen Psaki respondió a las preguntas de los periodistas sobre esta cuestión, afirmando que el propósito del viaje a Caracas fue el de “discutir una serie de temas -incluyendo, ciertamente, la seguridad energética– pero también discutir la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos”.
Por lo que se conoce, la delegación estadounidense estaba conformada por el director del Consejo de Seguridad Nacional para el hemisferio occidental, Juan González; el enviado especial de EE.UU. para asuntos relativos a rehenes, Roger Carstens; y el embajador de Estados Unidos para asuntos de Venezuela, James Story. Washington cerró su embajada en Caracas en 2019.
Críticas a Joe Biden y Nicolás Maduro
La revelación de esta reunión ha generado polémica entre algunos políticos.
«En lugar de producir más petróleo estadounidense quiere reemplazar el petróleo que compramos a un dictador asesino con petróleo de otro dictador asesino«, aseguró en Twitter el diputado republicano de Florida, Marco Rubio.
Por su parte, el Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez (senador demócrata de New Jersey) aseguró en un comunicado que, por medio de la negociación con el régimen de Maduro, se corre “el riesgo de perpetuar una crisis humanitaria que ha desestabilizado a América Latina y el Caribe durante toda una generación” y ha tildado al líder de Venezuela de “cáncer para nuestro hemisferio” y que no se debe hacer nada para “dar nueva vida a su reino de tortura y asesinato”.
Desde el círculo de Guaidó también se ha generado cierto malestar tras conocer este encuentro. «Esto es un error. Comprar petróleo a Maduro es lo mismo que comprar petróleo a Putin«, aseguró un miembro del equipo de Guaidó al Miami Herald.
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