La Organización de las Naciones Unidas (ONU), está trabajando para crear alojamientos temporales en Colchane e Iquique, al norte de Chile, para los migrantes.
La iniciativa se originó luego de medir la cantidad de migrantes que han quedado varados en su mayoría procedentes de Venezuela, a los que no se les permite entrar en Chile ni regresar a Bolivia.
La Organización internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) gestionarán la construcción de estos albergues, según informó la ONU.
El pasado miércoles 16 de febrero el gobierno chileno decretó un estado excepción constitucional en cuatro provincias del norte del país (Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa) con lo que otorgó facultades especiales a las Fuerzas Armadas para controlar la inmigración irregular en esa zona fronteriza.
Además, desde el pasado 12 de febrero en Chile entró en vigencia una nueva Ley de Migración y Extranjería que incorpora medidas para reconducir o devolver a su país de origen a los extranjeros que ingresen de forma irregular al territorio chileno.
“La nueva normativa obliga a los migrantes a presentarse en un centro fronterizo de Colchane para someterse a una revisión obligatoria de sus antecedentes penales. Sin embargo, a algunos de los que se les ha denegado la entrada en Chile también se les está impidiendo pasar a Bolivia por haber entrado a Chile en condición migratoria irregular (…) La situación ha provocado el colapso del centro de migrantes de Colchane, ya que las autoridades locales señalan que no tienen los recursos para responder”, explica la nota de prensa de la ONU.
ONU y los migrantes en Colchane
Una crónica publicada por la agencia de noticias Efe, este 20 de febrero, describe el panorama que se vive en el campamento instalado por el gobierno de Chile en Colchane, al que consideran como precario e incapaz de absorber un flujo que oscila entre 200 y 400 migrantes diarios.
Dichos campamentos lo integran unas “13 carpas de campaña, clavadas al yermo del altiplano. En sus precarias instalaciones los migrantes pasan entre dos y tres días a la espera de un transporte que les permita continuar la ruta”.
La historia contada por Efe reseña el testimonio de algunos de los migrantes venezolanos que se encuentran en el campamento de Colchane:
«Nosotras llegamos acá después de caminar desde principios de noviembre, cuando salimos de Venezuela. El frío es devastador, pero al menos podemos descansar y evitar los peligros que vimos en el viaje», explicó a Efe Lisette Andrade, de 32 años, quien llegó al campamento con dos niñas de 5 y 3 años y un bebé de pocos meses.
«Agradezco en el alma la ayuda, pero fueron seis días donde el almuerzo era muy poco para el hambre que teníamos», afirmó a Efe Jaden Medina, venezolana de 24 años que logró partir a Iquique.
«Fue un total reto que pudimos superar», subrayó Jaden, quien junto a su hijo y su esposo tuvieron que ser evacuados de un campamento que, según organizaciones humanitarias, no se ajusta a los estándares mínimos internacionales, describe el texto de Efe.
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