A diez días de las elecciones en Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva amplía la coalición con la que pretende desplazar del poder a la ultraderecha del mandatario Jair Bolsonaro y le apuesta firme a una victoria en la primera vuelta.
Cuando se considera solo la intención de voto, Lula tiene en promedio un 46 % de los apoyos, frente al 31 % que se le atribuye a Bolsonaro, pero el candidato progresista supera la mitad cuando se descarta a cerca de un 10 % que declara votar nulo o en blanco.
Con esa perspectiva, Lula entra en la recta final de la campaña decidido a pescar entre quienes apoyan al laborista Ciro Gomes o a la senadora Simone Tebet, candidata de centroderecha, que en los sondeos tienen un 9 % y un 5 %, respectivamente.
Bolsonaro, capitán retirado del Ejército, hizo esta semana un paréntesis en su campaña para asistir el lunes a los funerales de la reina Isabel II en Londres, y al día siguiente a la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Algunos dirigentes del Partido Liberal (PL), que lo tiene como abanderado, le han pedido públicamente ajustar sus declaraciones y acercarse a los electores de la derecha moderada o el centro, pero el capitán de la reserva del Ejército no hace más que subir el tono y complacer a sus fieles seguidores ultras.
Los brasileños irán a las urnas el 2 de octubre y seis de las quince encuestas difundidas en las últimas dos semanas indican que ese mismo día Lula podría superar por uno o tres puntos el 50 % de los votos válidos, con lo que liquidaría la disputa.
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