Una de los países con mayor potencia económica, Estados Unidos, ha sufrido cambios extremos en su entorno político, económico y social. Este 2021 entre uno de los sucesos más graves de la historia, que ocurrió en el asalto al Capitolio que terminó con el legado del magnate Donald Trump; luego el episodio todavía latente, pero diluidas en la complicada agenda del presidente Joe Biden, el país atraviesa transformaciones complicadas.
Primero comenzamos con las dudas sembradas por Donald Trump sobre el sistema de votación de Estados Unidos tras los comicios de 2020, un problema todavía sigue vigente, sin embargo, fue pasado a un lado por la llegada de la pandemia de COVID-19.
“Biden prometió curar las heridas que dividían al país… y lo ha intentado, pero las divisiones son demasiado grandes para que cualquier presidente las resuelva”, así lo expresó a la Agencia EFE, un profesor de políticas en la Universidad de California en Los Ángeles, Mark Peterson.
Mediante unas encuestas realizadas en el país norteamericano, se llegó a la conclusión de que un 68% de los votantes republicanos piensa todavía que a Donald Trump le robaron las elecciones, y por tanto, que Joe Biden ejerce su poder de forma ilegítima.
Sigue la desconfianza en el sistema electoral
El pueblo estadounidense, sigue desconfiando del sistema electoral del país; algo que puede traer consecuencias para los próximos comicios legislativos de 2022 y los presidenciales de 2024. A que se espera que el multimillonario, Donald Trump se postule de nuevo como presidente a la Casa Blanca.
“Incluso los funcionarios electos republicanos de alto rango han consentido ataques bastante descarados contra las normas e instituciones democráticas”, destacó el profesor de políticas en la Universidad de California en Los Ángeles, Mark Peterson.
Para el experto, el asalto al Capitolio de Estados Unidos el pasado 6 de enero no fue un hito aislado en la historia democrática estadounidense, sino “un suceso particularmente terrible dentro de un proceso que continúa para deslegitimar el proceso electoral” en el país.
Algo que todavía se sigue discutiendo, fueron las denuncias sin pruebas impuestas por Trump sobre el fraude electoral de las pasadas elecciones presidenciales.
Recordemos que en julio de este año, el presidente Joe Biden, mediante un discurso describió esa tendencia como “la prueba más significativa para la democracia estadounidense desde la guerra civil». Sin embargo, en los últimos meses, su atención se ha desviado hacia otros desafíos más tangibles, mientras una propuesta de ley federal para reforzar el derecho al voto languidecía en el Congreso.
Los expertos en la política electoral advierten de que los líderes republicanos en varios estados clave han tomado nota de lo que no funcionó en el intento de Trump de darle la vuelta al resultado de las elecciones en 2020, y ahora diseñan vías para conseguirlo en 2024 si lo consideraran necesario, gracias a su poder en los parlamentos estatales.
Ese clima político ha entorpecido también la agenda de Biden, que llegó al poder a finales de enero y ha gobernado en un contexto en el que “la cooperación bipartidista parece casi imposible en todos los temas”, aseguró a EFE la directora del programa de estudios presidenciales en la Universidad Chapman de California, Lori Cox Han.
Nuevos obstáculos para Biden
Al momento de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, muchos estadounidenses votaron por Biden con el único objetivo de sacar a Trump de la Casa Blanca, sin sentir un entusiasmo particularmente fuerte por un mandatario que, a sus 79 años de edad, “no siempre se percibe como energético e inspirador”, así lo expresó la directora del programa de estudios presidenciales en la Universidad Chapman de California, Lori Cox Han.
A pesar de que Joe Biden logrará aprobar un plan de estímulo de 1,9 billones de dólares y otro de infraestructuras de 1,2 billones, todavía no ha conseguido sacar adelante su proyecto de gasto social. Algo que mantiene en división al país, detalló el profesor de políticas en la Universidad de California en Los Ángeles, Mark Peterson.
El experto aseguró, que después de seis meses de luna de miel, la popularidad de Joe Biden comenzara a caer en las encuestas, hasta situarse a principios de diciembre en 42%.
El experto alega, que ese porcentaje empezó a evidenciarse a mediados de agosto, coincidiendo con la caótica ejecución de la retirada estadounidense de Afganistán, un factor al que se han sumado otros como la fatiga derivada de la pandemia y su intento de obligar a vacunarse a la mayoría de los trabajadores del país, paralizado en los tribunales.
Los problemas en la cadena de suministros y unos niveles de inflación inéditos en tres décadas, que han disparado los precios de los alimentos y la gasolina, han multiplicado los dolores de cabeza para Biden, junto a los temores de su partido de que esa situación les pase factura en las elecciones legislativas de noviembre de 2022.
“Biden ha intentado impulsar una agenda especialmente ambiciosa apoyándose en las mayorías más estrechas en el Congreso… que ha tenido cualquier nuevo presidente demócrata desde antes de Franklin Roosevelt (1933-1945)”, resumió Peterson.
Entre los estudios y encuestas realizadas al país, se evidencia que los demócratas perderán su mayoría al menos en la Cámara de Representantes el año que viene, lo que significa que el presidente Joe Biden tiene menos de un año para definir su legado en términos legislativos.
“Lo que haya aprobado el Congreso para octubre de 2022 será probablemente lo último para los demócratas durante años, dada la eficacia que están teniendo las estrategias republicanas para consolidarse en el poder”, así lo pronosticó el profesor Peterson.
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