Simón Bolívar, nace para la vida en Caracas, el 24 de Julio de 1783, y para la gloria, en Boyacá.
La historia es una sola, se registra de forma fidedigna y se divulga de la misma manera, para bien del acervo histórico de los pueblos.
En el seno de una familia aristocrática venezolana el niño Bolívar tiene una infancia bastante triste por la temprana muerte de sus padres, su crianza y juventud, también se caracteriza por dificultades que lo van fortaleciendo. Tiene la fortuna de ser ilustrado por personajes sobresalientes de la época como don Andrés Bello y don Simón Rodríguez; este último, quizás su filósofo y mentor. Ingres a la academia militar y luego en Europa se adiestra en el arte de la guerra. Su relación con Francisco de Miranda le da los componentes fundamentales para su destino como Libertador.
Boyacá le brinda el apoyo temprano y oportuno para iniciar, la que sería la senda de la gloria, cuando después de intentos y fracasos en su amada Venezuela, emprende las Campañas Libertadoras de la Nueva Granada, Venezuela, Ecuador y Perú, que son el compendio de la victoria por la libertad de América. No cabe duda de que los triunfos de Paya, Gámeza – Tópaga, Panto de Vargas y Puente de Boyacá fueron el preludio de la más grande epopeya continental, completada con los triunfos en Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho y fortificada con los episodios de Cerro Rico de Potosí y Congreso Anfictiónico de Panamá, para conformar el Olimpo Eterno del Fuego Sagrado de la Libertad.
Hoy, podemos concluir que la Campaña Libertadora de 1819, realizada en gran parte las tierras del actual departamento de Boyacá, es el acontecimiento más importante de nuestra civilización, que debe llenarnos de orgullo Boyacensista, para mostrar al mundo que somos descendientes de aquella sublime generación de Héroes Libertadores, que sacrificaron, hasta sus propias vidas, para dejarnos tan preciado legado.
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