Pico Bolívar comienza en la ciudad de Mérida (1650 m.s.n.m.) enclavada a los pies del parque Nacional Sierra Nevada.
El pueblo de los nevados esta a unas 4 horas de la ciudad de Mérida dentro del parque nacional sierra nevada y sus pobladores fueron quienes participaron en los años 50 en la construcción del teleférico de Mérida, igualmente el guía inmortal de las montañas andinas Domingo Peña Nacido en ese pueblo agrícola andino, pueblo que funciona como base operacional para muchas excursiones en la montaña.
Recibe su nombre en honor al Libertador venezolano Simón Bolívar. El 19 de abril de 1951 fue develado un busto en bronce del Libertador en la cumbre del pico, obra del pintor y escultor Marcos León.
A pesar de ser la mayor cumbre del país, el pico Bolívar no fue el principal interés de los excursionistas sino hasta entrado el siglo XX. Esto se debió a que anteriormente, debido a la vista desde Mérida, se consideraba que el Pico Toro (localizado en la misma Sierra Nevada) poseía una mayor altitud y que por lo tanto significaba un mayor reto.
El primer intento de ascenso al pico Bolívar del que se tiene conocimiento data de 1897, cuando José Trinidad Nieto, Víctor Moreno, Pedro Moreno, J. Eladio Altuve, Medardo Nieto acompañado de otras personas intentan fallidamente escalar el pico. Después, en 1922 un intento de escalar el Pico Bolívar sin éxito, el geólogo suizo Moritz Blumenthal fue el primero en pisar el glaciar de Timoncitos que estaba ubicado al sur del Pico Bolívar.
El primer ascenso exitoso hasta el pico Bolívar fue realizado por el farmacéutico merideño Enrique Bourgoin y el tovareño Heriberto Márquez Molina acompañados por el guía Domingo Guzmán Peña Saavedra, quienes alcanzaron la cima del pico a través de la garganta del hoy extinto glaciar de Timoncito, el 5 de enero de 1935. Fueron los primeros en pisar la cumbre más alta de Venezuela. La primera mujer venezolana que encumbró el Pico Bolívar el 7 de febrero de 1946, fue Blanca Josefina Carrillo de Ponte (hoy fallecida).
Leyenda del Pico Bolívar
Existe una leyenda relacionada al pico recogida por el merideño Tulio Febres Cordero. Dicha historia cuenta que los Andes venezolanos más elevados reciben su nieve de cinco águilas blancas que se posaron en sus cimas al ser perseguidas por una princesa indígena, y se trata de El Toro, El León, La Garza, La Corona y La Columna.
La princesa se llamaba Caribay, y a ella siempre le gustaba correr debajo de las águilas pues quería agarrar una para hacerse un lindo vestido con sus plumas. Un día no las vio y le pidió al sol que apareciera las águilas, pero, sus suplicas y lamentos se las llevó el viento. Acto seguido le pidió lo mismo a la luna y las águilas aparecieron volando alrededor de esta, y así Caribay empezó a perseguirlas hasta que finalmente se cansaron y se separaron en las cordilleras.
A la princesa, al tocar una de las águilas, las manos se le convirtieron en hielo y la luna se tornó negra. El águila que ella había tocado agitó sus enormes alas cubriéndola completamente en hielo, pues tocó algo sagrado para realizar una avaricia.
Se dice que en los llanos de Mérida hay noches en las que se escuchan los lamentos de la princesa Caribay, y al día siguiente las cordilleras están cubiertas de nieve puesto que las 5 águilas blancas en la noche anterior sacudieron sus enormes alas, cubriendo así las imponentes cordilleras con nieve.
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